El verdadero talante. El desprecio y la venganza al ciudadano
La historia que provoca mi denuncia es una prueba palpable de la otra forma de gobernar y el talante de quien ha ostentado el gobierno de la ciudad en estos últimos años. Se trata de un caso práctico en el que el diálogo, la preocupación por el ciudadano y la eficacia en la actuación pública que nos prometieron han dejado paso al sectarismo, al conmigo o contra mí y a la prepotencia más barriobajera que nunca hubiera pensado que se iba a producir.
El caso es muy sencillo. Bajo la ventana donde duermen mis hijas existen dos contenedores de basura que durante todo el año, pero especialmente en verano, producen olores y me obligan a tener las ventanas cerradas, sin la ventilación necesaria. Estos contenedores se encuentran situados en la calle Virgen de las Nieves formando esquina con la calle Rosalía de Castro, por lo que el asunto se agrava durante los fines de semana del verano, cuando los bares cercanos dejan sus basuras (que lo hacen todos los días después de las comidas) y las de algunos vecinos antes de irse a trabajar por la mañana, y se añaden las de los campos de alrededor, por lo que los contenedores se desbordan de basura mucho antes de las nueve de la noche, y dándoles el sol desde la 10 de la mañana llega el olor a ser auténticamente nauseabundo.
Como yo creía en los políticos, pedí una entrevista con el Concejal encargado del tema (Sr. Martínez), quien tras dos semanas de espera se dignó a recibirme y me dijo que comprendía mi problema y que intentaría dar una solución modificando el emplazamiento de los contenedores. Quedamos en que giraría visita al lugar y que ya me diría algo. Mentira. No lo hizo.
Tuve que llamarle nuevamente y tras quedar un día a una hora determinada en la puerta de mi casa ni se presentó ni llamó para disculparse. Volví a intentar localizarlo pero todas las veces recibía la misma respuesta: No está, Está reunido, No puede ponerse Viendo que no lograba localizarlo mandé otra denuncia al Ayuntamiento y la respuesta fue la misma, la ignorancia total a mi persona, no recibiendo respuesta alguna por parte del Ayuntamiento de Villena.
Harto de aguantar decidí denunciar esta situación mediante un artículo que envié a la prensa y a la radio local explicando el problema que estoy sufriendo y la postura del concejal. La respuesta que obtuve fue primero el silencio y ahora el desprecio más absoluto. Y digo desprecio porque ahora se lo que quiere decir la frase el que se mueve no sale en la foto: Digo esto porque cuando hace dos años hablé con el concejal me dijo que querían poner contenedores soterrados en todo el barrio y que ésta sería la solución definitiva a mi problema, ya que estos contenedores son más grandes y que al instalarlos sustituirían a todos los contenedores de plástico. Pues bien, es cierto que han instalado estos contenedores soterrados y eliminado los contenedores de plástico en todo el barrio... ¡menos dos contenedores que hay bajo mis ventanas! Por lo que pienso que ésta ha sido decisión personal del Sr. Concejal, en una actitud vengativa y chulesca impropia de quien se agrupa en una formación política que defiende el buen talante como forma de relacionarse con la ciudadanía.
¿Qué culpa tienen mis hijas? ¿Por qué tengo que ser el único vecino del barrio que tiene dos contenedores a menos de cuatro metros de las ventanas de mi casa? ¿Qué delito he cometido para que el Sr. Concejal me castigue con olores nauseabundos que seguro que no quiera ni para él ni para su familia? ¿Denunciar los abusos es castigado con el maltrato y la humillación a la que me veo sometido? Hace muchos años que falleció el dictador, pero a lo que se ve aún hay quien se acuerda de su forma de gobernar... que se asemeja mucho a la que he tenido que soportar de forma injusta y arbitraria.